Grand Central Station, de la que hablaba ayer por la noticia de la apertura de la nueva tienda de Apple, esconde en su interior, además de numerosas galerías comerciales, un completo y variado mercado de productos frescos, una zona de restauración con numerososas franquicias, y varios estupendos restaurantes, como el Oyster Bar, un rincon llamado La Galería de los susurros.
Este lugar, desconocido para muchos de los que visitan la Estación, era objeto de un reciente artículo de nycgo.com, es otro ejemplo del trabajo de uno de nuestros arquitectos más favorado en la Gran Manzana, Rafael Guastavino, y del que ya he hablado aquí en otra ocasión.
Una de las visitas imprescindibles en todo viaje a Nueva York