Hace unos días Miguel Angel Aguilar publicaba un artículo en el diario El País sobre Nueva York, Consersaciones en Nueva York, donde realizaba una loa encendida de la ciudad. En todo de acuerdo, menos en que las sirenas de los bomberos y de la policía sólo se utilizan cuando deben hacerse. Ojalá fuera así. Vivo en Manhattan, en la Tercera Avenida y el ruido de las sirenas día y noche llega a ser ensordecedor. Y teniendo en cuenta que Nueva York es cada vez más segura, no parece necesario ese ruido. Por lo demás el artículo merece ser leído, porque hace un encendido elogio de la ciudad, con el que estoy completamente de acuerdo.