Manhattan tiene este curioso al monumento al buscador de taxis en Park Avenue, desde los años ochenta. Y desde luego los neoyorquinos se lo merecen, porque sobre todo en los días de lluvia buscar un taxi se traduce en una labor titánica. La postura clásica es la que refleja la estatua: mano derecha levantada esperando que algún taxi pare. No siempre es fácil.