Si se quiere desayunar, comer o cenar en una institución completamente americana, y neoyorquina por supuesto, los diners son una buena opción. No hay nada trendy ni fashion en un diner.
Sirven comida norteamericana de toda la vida, con muchas calorías, 24 horas al día, y sin un sólo guiño a la modernidad. Las camareras pueden tener más de 70 años y ser rudas, pero la experiencia normalmente no defrauda. Hay diners por toda la ciudad, y lo normal es tomar en ellos platos como bacón, salchichas, todo tipo de huevos, french toast…
Una experiencia de la vida americana. Por citar sólo uno que merece la pena, el Tom’s Diner, que aparecía en todos los episodios de Seinfield, y al que Suzanne Vega le dedicó una canción. Se encuentra en la esquina de Broadway con la calle 112.