No importa la época del año en el que nos encontremos, comer al aire libre adquiere en Nueva York una de sus mayores expresiones, y los puestos de comida callejeros, una excelente opción.
La relación calidad-precio que ofrecen es, en muchas ocasiones, excelente, lo que hace que no sea infrecuente ver largas colas de clientes esperando ser atendidos. Que blogs especializados en comer bien sin gastar mucho, tan seguidos cómo midtownlunch, le dediquen especial atención, o que se confeccionen listas sobre cúales son los más recomendables, cómo ésta con los 11 mejores de Nueva York.
Os recomiendo leer este curioso reportaje a un vendedor de comida, Confesiones de un vendedor de puesto de comida de Nueva York, con sus opiniones sobre si son más o menos limpios que un restaurante, o su experiencia con los famosos que se habían acercado a comprar. Termina con la frase, nadie confia en un carro que no tenga una larga cola de espera.
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Yo creo que son como los bares aquí. Forman parte de la cultura, y no desparecerán.
¡Un beso!