El plan de la Alcaldía de Nueva York para luchar contra la obesidad de sus habitantes dió ayer un nuevo paso.
Si primero fué la obligación por parte de los establecimientos de exponer las calorias de los alimentos a la venta junto a los precios, ahora le ha tocado el turno a los refrescos azucarados. Y es que cerca del 60% de los adultos y 40% de los niños de Nueva York padecen sobrepeso, según anunciaba el propio alcalde hoy en su twitter, unas cifras alarmantes que han llevado a la Junta de Salud de la ciudad de Nueva York, a votar a favor (por ocho votos a favor y una abstención) de una propuesta que prohíbe la venta de refrescos azucarados en recipientes tamaño extra-large en restaurantes y otros lugares.
A partir del próximo 12 de marzo, que es cuando entra en vigor la norma, los refrescos con más de 25 calorías por cada 8 onzas no podrán ser vendidos en envases que superen las mencionadas 16 onzas en Nueva York. Los establecimientos afectados, cadenas de comida rápida, cines, restaurantes, Estadios y Salas de conciertos, llevan expresando su desacuerdo contra esta propuesta desde que se anunció. El cartel que acompaña estas líneas podía verse en las salas de cine de Manhattan desde hace meses.
De momento, muchos neoyorquinos están recogiendo firmas contra la medida, que consideran vulnera su derecho a la libre elección. Estos son algunos argumentos a favor y en contra de la medida.
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Publicado por M.Carmen Voces