En febrero os adelantaba la noticia de la apertura de la nueva tienda de Apple en Grand Central Station, y la que está llamada a convertirse en la tienda más grande de la marca estadounidense en el mundo con sus 1.600 metros cuadrados, quitándole el título a la de Londres, situada en Covent Garden.
Recientemente, he visto este artículo de engadged, en el que se critica la conveniencia de la ubicación en una zona de paso obligado por los que se desplazan diariamente a la ciudad para trabajar, además de los numeroos turistas que acuden durante su estancia en Nueva York a visitar uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y ver algunas de sus curiosidades, como la galería de los susurros.
Especialmente, se plantea el artículo, los efectos para el tráfico de pasajeros, que se podrán producir en las fechas de lanzamiento de nuevos productos por parte de Apple, que cómo sabemos, acostumbrar a colapsar los accesos a sus tiendas.
A quién, sin duda, le reportará importantes beneficios es a la MTA, la Autoridad de Tránsito de la ciudad de Nueva York, ya que el precio del alquiler supondrá un importante saneamiento de sus arcas.
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