5 Cosas que sólo los neoyorquinos hacen en público

Bryant Park

Bajo este atrayente título leía hace unos días un divertido artículo en Time Out New York sobre algunas costumbres de las que probablemente seas testigo en tu visita a Nueva York.

Entre las que se citan, la que más llama la atención de los que visitan la ciudad por primera vez, es la costumbre neoyorquina de comer desordenadamente, al menos para los estándares de muchos extranjeros.

Siempre he sentido cierta atracción -lo reconozco- por la habilidad de los neoyorquinos para caminar por la calle bebiendo o comiendo, cuándo a mi me resulta casi imposible no derramar un café -con tapa protectora, por supuesto- mientras intento hacer lo propio. Dejo aparte ejemplos extremos, cómo el de ir comiendo una bandeja de sushi en un autobús, o tomar una pizza apoyado en el capó de tu vehículo, a pesar de que en el local en el que acababas de adquirirla había mesas libres.

Quizás sea herencia del pasado, cuándo los trabajadores del siglo XIX, disponían de apenas media hora para el almuerzo, y era obligatorio comer rápidamente para volver al trabajo -y que facilitó la proliferación de las máquinas expendedoras de alimentos recién cocinados (las famosas Automat que funcionaban con monedas) a las que se dedicó una magnífica exposición la Biblioteca Pública de Nueva York en el año 2012-, pero lo cierto es que a los neoyorquinos se sienten cómodos comiendo de forma informal, y disfrutan haciéndolo al aire libre, especialmente cuándo llega el buen tiempo.

Así que en tu visita, compórtate cómo un local, compra tu almuerzo para llevar y saboréalo al aire libre, la ciudad está llena de parques perfectamente habilitados con kioscos de comida, sillas, mesas y también baños -cómo en Bryant Park, en Madison Square Park, o el propio Central Park -si prefieres hacer un picnic-, además de espacios públicos -cómo Paley Park, en dónde podrás almorzar junto a un trozo del muro de Berlín-, o en plazas cerradas al tráfico, cómo la céntrica Herald Square, junto al edificio de Macy’s.

Otra de las incluidas en la lista de Time Out New York, es la cambiarse de indumentaria a lo largo del día y en cualquier espacio, en ocasiones. Siempre me han sorprendido la costumbre neoyorquina de salir de casa perfectamente equipados con todo lo necesario para una jornada en la que se va a asistir a una reunión, acudir al gimnasio y disfrutar de una copa después del trabajo con amigos. Eso explica la pasión por los bolsos enormes de las neoyorquinas, y el que vayan habitualmente muy cargadas.

Ver el resto del artículo (en inglés).